No sabía integrarse. No sabía qué hacer y sólo sostenía un gran vaso lleno de cerveza y resentía los estragos de una gripe ligera. No había buena música… no había comida buena.
¿Un bivalvo? ¿Otro? Saboréalo… ¡no lo devuelvas!
De un momento a otro sus dedos sentían los canales de una pana oscura y un poco después su aliento en el cachete.
El alargamiento del momento y un encuentro cortado. Mucho gusto… de veras, mucho gusto.
Y después cantaba…
Desde el momento en que te vi frente a frente ese fuego tuyo quemó mi mente y se alteró mi equilibrio para siempre. No me interesa nada más, soy un ente. Constantemente sueño con verte. Y es que conocerte no me fue indiferente. Sería una bendición cerca tenerte. Ojalá te encuentre… quizá casualmente. Todo en mi cuerpo quiere verte y pide a gritos abrazarte o por lo menos escuchar tu voz ya que no puedo sacarte de mi mente. Mi corazón salta al verte. Qué bien se siente. Es más que fuerte. No puedo sacarte de mi mente. Es una suerte conocerte, tu pensamiento ilumina el presente, criatura del Sol.
2 comentarios:
me suena a cancion de gondwana (jaja no se como se escribe) que weya...
no puedo sacarte de mi mente...esa rola, me cae mal, no es en el sentido estricto, lo sabes bobby!!!
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