sábado, 11 de diciembre de 2010

Ernesto II

Anoche soñé contigo. Saliste de donde estabas escondido tanto tiempo y literalmente te atrapé. Te sentía resbaloso, como supongo que debemos estar cuando llegamos de ese viaje. Te me caías de los brazos y tuve que sujetarte con más cuidado. Hubo algo, no puedo explicar exactamente qué, pero creo que me enamoré. Una reacción exotérmica acompañó la soldadura de dos cadenas. Era el calor de todo tu cuerpo que en mi pecho cabía perfecto entre mis brazos.

Tu pequeña cabecita ya tenía cabello... negro... oscuro... muy denso. Brillabas en sangre y líquido amniótico. Mi ropa se manchaba mientras yo perdía la razón y te besaba ignorando todo inmerso en un amor intenso y profundo.

Al instante siguiente tus piernas y brazos ya me rodeaban y yo seguía abrazándote sin poder dejar de reír. Cuando te aparté para ver tu rostro de niño no lo podía creer. Eras idéntico a mí. De no ser porque tu piel era un poco morena habría pensado que eras yo. Algo te provocó un puchero y yo, sin tener idea de cuál era la situación, te consentía lo que deseabas para que sonrieras. Y me vi siendo tu esclavo.

Cuando desperté sentí que me faltabas. Creo que eso me tuvo un poco melancólico hoy.





Ya te quiero ver de nuevo.

lunes, 29 de noviembre de 2010

   Pero cómo habría de ser así... si me han dejado de impresionar las vueltas que da la vida es sólo para descansar de tanta euforia.
   No he extraviado la costumbre de verme en retrospectiva. Ubicarme en 2003 dentro del Nissan (240SX, si mal no recuerdo) del Rufo. Creo que esa noche se convirtió en un punto de referencia. Hablando del futuro. Lo queríamos saber todo. Queríamos vivirlo todo cuanto antes. Pensando... hablando... mirando al vacío, donde las palabras kamikaze se estrellaban.
   Cómo fueron pasando los años. Las miradas fueron cambiando, evolucionando de una manera tan sutil, matizándose difuminadas entre azul puberto, verde adolescente y rojo hombre. Con trazos tan delicados y artísticos que por mucho esfuerzo que haga no puedo encontrar un momento en que se note el cambio.
   Hoy lo busco y las actividades no han cambiado mucho. Unas cheves... pero que sean caguamas... y pon a Slipknot, Soulfly, Sepultura y a System para crear el ambiente. Al poco rato ya asoman los destellos azules. Pero ahora también hablamos de ayer... mañana ya casi no se toca.
 

martes, 23 de noviembre de 2010

"Asquitos" en el Ejecutivo Estatal de Jalisco

Gobierno de Jalisco paga "terapia para curar gays"

Nota de Yahoo! México Noticias del martes 23 de noviembre de 2010

A Emilio le da “asquito” el matrimonio entre las personas del mismo sexo

Nota de El Informador del sábado 9 de octubre de 2010

He aquí a nuestro flamante Gobernador:






¡No tolero a los intolerantes!

domingo, 3 de octubre de 2010

Nocturno Op. 9 No. 2 en Ebm


Ya ni siquiera me acuerdo lo grande que éramos. Como el recuerdo de aquel ser querido fallecido hace quince años. Se van destiñendo las escenas que se ven resagadas en un éxodo hacia el olvido. Llueven recuerdos de una estrella perdedora que salía antes que todas... siempre en soledad. Estrella que terminó siendo Venus... Quetzalcóatl... sabiduría ancestral y cualquier adjetivo contrario a lo que la palabra "perdedor" podría sugerir.

Recuerdo el encuentro de creatividades artísticas con apenas unos vagos resultados grabados en cassette. Tan vagos que se perdieron. Recuerdo una alacena llena de todo lo mejor que un niño quisiera en la casa de sus abuelos. Recuerdo un aire acondicionado de alta eficiencia que me hacía querer estar ahí siempre... y que a la vez me permitía disfrutar los madrazos del Sol ahí afuera.

Recuerdo a Toots & The Maytals, Inspector, Jamiroquai, Enanitos Verdes, Café Tacvba.

Recuerdo fotos... te recuerdo a ti hablando con la "che". Recuerdo a tu tía corriéndonos y pidiendo que volviéramos cuando tus papás estuvieran en casa.

Recuerdo unas cuantas tardes bailando sonámbulo.

Aun a pesar de esos recuerdos creo que no te recuerdo a ti. Ya no estoy seguro de qué pasó todo ese tiempo antes de que decidieras irte. Ya no hay nada qué lamentarse... no hay muerto a quién llorarle. Ya no estoy seguro de qué fuimos por hay del 2001. Ya se volvió absurdo deprimirme cada día de la Revolución Mexicana.

De todos modos... no puedo evitar sentirme triste cada que se escucha el nocturno.

Te extraño... te extraño como no te imaginas. Lo peor es que ni me acuerdo qué extraño de tí.

sábado, 19 de junio de 2010

Difícil

He encontrado cosas buenas para soportar...
Es difícil el arranque. Me asomo a la ventana y veo carros (coches dicen aquí) nuevos, lustrosos, algunos deportivos otros monstrusos. Enfrente el restaurante nice, en la esquina la yarda de carros, en la otra esquina los tacos a $15.00 m. n. y el bar de las alitas de pollo. Camino por ahí y por allá viendo casas bonitas, grandes con patios amplios y una gran entrada para carros. Ando por el centro comercial y paso por los cafés donde venden panecitos de canela y regalan muestras. Si voy al mercado, paso por el área de los electrónicos y veo las televisiones planas que se cuelgan de la pared. Los aparadores con ropa bonita... nice.
Me viene a la cabeza a cada rato: ¿a qué horas? ¿Y yo cuándo? ¿Cómo? ¿Cuánto me falta? Es un reto no codiciar placeres materiales, lujos, comodidades.
Estoy hecho bolas. Quiero dar la espalda a estas cosas innecesarias, pero soy hipócrita cuando trato de convencerme de que no me interesan. Tengo ganas de sentirme holgado, de no estar estirando todo el tiempo la quincena.
Sin embargo me gusta lo que pasa y lo que soy. De esto aprenderé... aaahhhh pero quiero un carro, un sistema de entretenimiento, comer todos los días en Karne Garibaldi y vestir ropa bonita mientras aprendo lo importante que es luchar para ganarse cada centavo. Contradictorio.

martes, 13 de abril de 2010

Ahora resulta que yo no soy quien creo que soy

No hay plazo que no se cumpla ni mentira que quede oculta; y así como era esperado, venció el plazo que nos dio el Renaut para registrar nuestro celular. Como yo soy buena ciudadana, cumplida y cumplidora, el domingo de ramos, aprovechando la entrada a las vacaciones y de dinero, en cuanto desperté me di a la tarea de mandar el mensaje con mis generales.
Escribí para tal efecto la palabra “alta” seguida por punto para continuar con el nombre completo que tuvo a bien, ahora lo entiendo, ponerme mi madre para que lo arrastrara por todos los días de mi vida, escribí los apellidos y, por supuesto, siguiendo con lo solicitado declaré el día y mes del año aquel que lloré a la vida una mañana de miércoles, en punto de las 7 de la mañana, en la casa número 20 de la calle Rosales, en Carbó, Sonora, poquito después de que por orden de no sé quién y para no sé qué cosa, un señor, que quién sabe quien fue, decidió que el pueblo de treneros consumados no fuera más estación. Y así, por decreto de las autoridades, para beneplácito de los lugareños del vecino poblado de Benjamin Hill y desolación de los carboneños, la estación del tren con todo lo que esto implicaba, la base de la economía, se fue.
Pues así de ese pelo y en medio de la “nueva vida” llegué yo a ella. Cuenta mi madre y lo afirman mis hermanas que saben la hora exacta del alumbramiento porque en cuanto se escuchó el pitido del tren dando vuelta por la curva del arroyón, esta que les cuenta, anunció su llegada con tremendo berrido de soprano media, incomprendida.
Cuentan también que para cuando la máquina se detuvo en la estación para que los pasajeros que la esperaban subieran, yo, en mi calidad de recién nacida, ya estaba envuelta como tamal oaxaqueño al lado de mi madre, quien como gata lamía la carita de su niña preparándola para las visitas. Todo eso y más resumí en los datos solicitados al registrar el celular.
No tuve que esperar mucho la respuesta; por la misma vía y con prontitud la notificación me hacía saber que algo andaba mal. O no era hija de la Chata Segura, o no nací donde dije o, mejor aún, me han mentido con el mes de mi llegada. Yo, según el Renaut, no llegué con la primavera ni nada de lo que hasta hoy sé y presumo de mis orígenes verdaderos. Al darme cuenta de tal desacuerdo entre el departamento ese y yo, me limité a volver a escribir los datos de acuerdo a lo que dice el acta de nacimiento, mismos datos, mismos padres y, lo que es peor, misma edad.
Mismo recado de parte de ellos: usted no es usted, vuelva a intentarlo; escriba nombre completo, apellidos de padre y madre -si tiene y si no, de todas maneras-, día, mes, año y lugar de nacimiento. Va de nuez, cuarto intento, cuarta negación. Ante eso, les juro que ahora sí lograron sembrarme la duda. ¿Que tal si yo no era yo?; que tal si como decían mis hermanas cuando se enojaban conmigo, a mi me encontraron en una caja de cartón en el arroyo rodeada de moscas, quienes por ser tantas y tan cariñosas, imprimieron su sello en la cara de esa niña, por eso esas manchitas color café que hasta la fecha luzco con gallardía, como trofeo de mi belleza. Y ¿qué tal si soy hija de las moscas del arroyo? o, a lo mejor, no naci en abril y menos el 25; o a lo mejor nací el 68 en el momento histórico, cuando Enriqueta Basilio llegó corriendo para prender la flama olímpica; a lo mejor -en lugar de la cigüeña- a mi me trajo el comando del Guante blanco ese mismo año y me dejaron en el pueblo cuando salieron huyendo de Tlatelolco, o la liga 23 de septiembre por esas fechas, pero estoy tan segura como mi apellido que los datos de mi CURP son correctos. ¿O no soy hija de mi amá y menos de mi apá, mis hermanas no son eso y entonces mi hijo de quien sería hijo? ¡Epale!
Ahora recuerdo que en una ocasión, un primo que se molestó conmigo dijo -casi como un susurro, para que yo no me diera cuenta- que yo era hija de la… sólo que por eso sea, porque de chiquita me regalaron a esta familia. Pero miren, como diría Baz baz, el que los del Renaut no me crean los datos no me hace inocente y si me suspenden la línea no me hace culpable.
Pero insisto, como soy cumplida y cumplidora, después de varios intentos fallidos -vía celular e internet- y como de todas maneras tenía que salir a hacer pagos, llegué a las oficinas de la compañía telefónica, con tan buena suerte que la chica que da las fichas al enterarse del trámite que iba a realizar se puso a mis órdenes para intentarlo. A lo mejor usted lo esta haciendo de maneara incorrecta, me dijo amablemente, aunque por la sonrisita que dejó ver, supuse que estaba pensando “vieja burra”; y tal cual lo hiciera yo horas antes, escribió los datos al revés y al derecho con el mismo resultado negativo. Su CURP está mal, me dijo. Ah caray, dije, si siempre he andado por el mundo con esa cosa en la cartera. Pero no se preocupe, dijo la eficiente empleada, para que no tenga problemas y no se quede sin línea, deme los datos de otra persona para registrarlo a su nombre; solté los datos solicitados y salí muy contenta con mi línea, que no es mía, sino de mi hermana, registrada para que la use yo que tampoco soy yo, y ni el Renaut me podrá decir quién soy.
Así pues, prófuga, indocumentada, irreconocida y desnaturalizada… pero con celular, ¡Qué tal!
FUENTE
http://www.termometroenlinea.com

lunes, 12 de abril de 2010

RENAUT

He estado leyendo algo sobre el Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (RENAUT). En su mayoría noticias y comentarios. Me he dado cuenta de que se ha convertido en un asunto bastante controversial. Muchos usuarios de telefonía móvil inconformes, muchos otros indiferentes y otros en apoyo a la medida. Pues he aquí mi humilde modo de ver.
El objetivo de la medida es combatir el delito de extorsión en su modalidad telefónica, en específico por medio de teléfonos móviles, y con este fin se ha convertido en Ley que todo mexicano que utilice el servicio de telefonía móvil sea registrado en una lista (léase "base de datos") en la que junto al nombre de cada uno aparezca información como sexo, fecha de nacimiento (con ésta, la edad), entidad federativa de nacimiento y teléfono móvil donde puede ser encontrado. La COFETEL, dependencia de gobierno responsable de dicha base de datos afirma que la misma será protegida por un "blindaje especial", de modo que no hay de qué preocuparse, ya que la información de todos los usuarios está absolutamente fuera del alcance de cualquier manejo... digamos... diferente al que corresponden los fines de esta nueva Ley.
Aquel usuario que no sea registrado en el RENAUT perderá su servicio de línea celular a no ser que decida registrarse después, porque "afortunadamente para nosotros" la ventanilla virtual sigue abierta aun después de la fecha límite planteada para dicho menester. Mejor aun es gratis hacerlo y es muy sencillo. El formato del mensaje de texto está publicado en revistas, periódicos, anuncios luminosos en las paradas de camión y los spots de radio y televisión fueron bastante claros.
No soy ningún afamado analista político o financiero. No soy un pensador ni autor de libros que puedas comprar en cualquier librería. No tengo preparación alguna sobre administración pública, leyes ni demás. Mi opinión es la del mexicano promedio. El mexicano que todos los días se levanta a trabajar con la mejor disposición de hacer bien las cosas. Tampoco soy el ciudadano ejemplar. Soy mexicano y me encanta serlo.
Estoy en contra del RENAUT. No estoy conforme con la medida.
Cuando surgió el brote de influenza A H1N1 el Gobierno Federal adoptó medidas aplaudidas internacionalmente. Se realizó una campaña impresionante de información a la población con los puntos claves que podrían salvarle de contagiarse de la mortal enfermedad. Todos, analfabetas, profesionistas, ricos, pobres, desde Baja California hasta Chiapas todo ciudadano, niños, adultos y ancianos sabíamos qué debíamos hacer para protegernos de esta enfermedad.
Todos conocemos la frase "tienes el valor o te vale" de una campaña para tomar conciencia sobre una comunidad con valores. Los spots en contra de la piratería son bastante buenos y no hay quién no los conozca. ¿Pero qué esfuerzo se ha hecho por advertir a la población de extorsiones telefónicas? No he escuchado ningún spot con grabaciones de llamadas de extorsionistas a víctimas. Ni tampoco he leído en anuncios luminosos o panfletos los puntos claves para detectar una extorsión telefónica.
No quiero pecar de paranóico y hablar de un Gobierno que busca control en lugar de educar, así que mejor hablaré de un gobierno de panoramas cortos y pocos sesos.
Los ciudadanos están ya haciendo lo que los líderes no han hecho: divulgar grabaciones de llamadas para que no lo tome a uno por sorpresa. He recibido en mi correo electrónico correos con estas grabaciones y en el sitio de YouTube se pueden encontrar un buen compendio de casos diferentes. Suficiente material para acostumbrarse a escuchar la voz amenazante que intenta amedrentar a la víctima.
La educación es siempre la mejor apuesta y preparar a la población sobre cómo operan estos extorsionistas no es la excepción a esta premisa.
Por un lado lo dicho, mucho despliegue de burocracia y, a la vista, una pobre eficacia de la medida. Por otro lado la falta de confianza en la autoridad, es decir, en quienes resguardarán la información. Es evidente que a la fecha el extorsionista recibe información de cualquier ciudadano de manos de alguien que tiene acceso a datos como por ejemplo, nombre, fecha de nacimiento, lugar de residencia, etc. Posiblemente de bases de datos de tarjetas de crédito, servicio de teléfono, luz o cualquier lugar donde uno debe registrar estos u otros datos. Alguien recibe dinero por esta información. Alguien a quien no le interesa si la persona que la compra la quiere para hacer propaganda telefónica o extorsión de cualquier tipo.
Yo no digo que el Gobierno en general esté formado por personas sin escrúpulos, pero encontré el artículo "En México, 85 por ciento de los sobornos vienen desde gobierno" buscando en la red algún documento que respalde mi opinión y ligado al artículo encontré el documento que buscaba. Puedes tener acceso a él, lector inexistente, dando click en la siguiente liga:
Es por esto que no creo en el RENAUT, no me parece la medida correcta y no estoy de acuerdo en su implementación. Espero que las personas encargadas de legislar al respecto se den cuenta de la inconformidad expresada por el 30% de los usuarios que a la fecha no han decidido registrarse.
Los mexicanos no estamos ciegos, lamentablemente muchos nos quedamos mudos.

lunes, 22 de marzo de 2010

25

Estoy hecho de retazos encontrados aquí y allá. Mis ojos tienen parches de colores café oscuro, café claro y verde. Tengo bastantes detalles que me hacen ser yo.
¡Feliz aniversario! Veinticinco años. En menos de ocho horas se cumplirán veinticinco años desde el día en que salió una masa llena de vida de entre los pliegues del cuerpo de la Jefa Rex. No me consta pero imagino la escena clásica del bodoque chillón, morado con la cabeza deformada, el cuerpo hinchado y la piel roja... con granitos blancos y pellejitos desprendiéndose. Un alumbramiento más en ese hospital. En Mexicali, B. C. En este país, México. Nada especial. Nada diferente a lo que todos los días pasa a todas horas. El Jefe Jalo por ahí, dando vueltas, pensando... pensando... pensando. La Dra. Real, que entonces era una niñita de 2 años, esperándome sin saber qué esperar en realidad. Con una idea de lo que está pasando basada en las caras que vio a sus padres cuando hablaban del tema.
Risas, sonrisas, muecas, caras serias y poco a poco aprendiendo que empujar montañas tiene algo de sentido si así lo deseas.
Vivo en una aparentemente interminable persecución huyendo del ayer y en una búsqueda ansiosa del mañana. Extrañando el ayer, pensando tanto tanto en él... buscándolo mientras le huyo... y quién te entiende. ¿Qué estoy haciendo?
¿Qué hago aquí? Yo no lo sé... debería estar en otro lado. Puede ser que te busque aunque muy probablemente no sé lo que hago otra vez. Poco a poco se me olvida lo que poco yo ya prometí. Déjame decirte algo y tal vez un poco más. Dame un beso y dame dos y después vemos cómo acomodamos todas estas cosas... qué mas. Poco a poco dame lo que tu me quieras regalar. Dime si tu escuchas la misma melodía que oigo yo. Será que es el principio de algo que ya terminó. Deja todo así en silencio. Deja que los pensamientos...
No sé tú... aunque sea... no sé tú... sólo hoy... aunque sea sólo hoy.

domingo, 3 de enero de 2010