jueves, 21 de septiembre de 2006

Del final de la muerte y el amor incondicional

Él, ensayando los votos para su boda, caminaba por el bosque cubierto por el manto blanco helado que forma la nieve en su caída. -"Tu copa nunca estará vacía pues yo seré tu vino"- repetía. Y, simulando colocar el clásico anillo de bodas en el dedo de su amada, metió aquél aro dorado en lo que parecía una rama muerta bajo la nieve pidiendo aceptara ese presente como símbolo de su unión eterna.
Sí... no intento engañarme solo, es un fragmento de la película El cadáver de la novia (Corpse bride) de Tim Burton. La acabo de ver el lunes. Siempre se ma había antojado pero no creía que mereciera pagarle $45.00 por verla.
Me gustó demasiado. Tiene un par de momentos que me crearon dos ramales fuera de la historia, tal vez lo hizo a propósito el director o talvez yo me viajo de a gratis. Uno fue el que acabo de relatar y a continuación explico qué cauce le dio a mis ideas la escena. Advierto que, si algún lector inexistente no ha visto la película y tiene intenciones de verla, deje de leer antes de que le siga estropeando la historia.
El joven protagonista de la novela se encontraba de repente comprometido con una muerta, muy guapa, por cierto, pero en notorio estado de descomposición y algunos huesos expuestos. Su situación a cualquiera le hubiera asustado demasiado (con sus excepciones entre los necrófilos), no todos los días te habla un cadáver a la mitad de la noche y menos para decirte que a partir de ese momento serás su esposo. ¿Qué es la vida y para qué nos sirve? ¿O qué podemos obtener de élla? Una vez escuché decir "estúpido quien vive por el gusto de vivir". Pero ¿acaso no es la vida un constante intento por ser feliz? Creo que el amor es para muchos lo que mueve al mundo. Si encuentro mi felicidad pasando el resto de los tiempos abrazado a mi estufa ¡qué bien! ¡Ya gané! Si encuentro que la muertita es muy cariñosa y además está sabrosona y ésto me hace feliz, ¡al diablo con el mundo entero! ¡Méngache, mi muertita!
Hay otro momento dentro del mundo de los muertos o algo así en que el novio, huyendo de su esposa muerta, se encuentra con un muro enorme y se pregunta: ¿el fin de la muerte?
Y me hizo pensar. Si la vida tiene un final, ¿por qué no habría de tenerlo también la muerte, que es parte de la vida?

lunes, 18 de septiembre de 2006

Querido Facundo:

(Léase con voz de mamón engreido)
Facundo: Hola, mi nombre es Roberto. Trabajo en una empresa urbanizadora y regularmente me toca quedarme a trabajar en el Autocad pero hoy me pidieron que ayudara tomando unas medidas con cinta en unas calles. El problema es que hace calor y las calles son en la Col. Márquez de León y está en una loma así que tenemos que caminar en pendiente y me siento algo fatigado... ¿podrías ayudarme?

-"Ooohhh, mi querido Roberto. En realidad me gustaría ayudarte pero me da weba y además ya ando medio pedo por todo este vino que he tomado... [trago a la copa de vino con su respectivo "aaahhh"]... podría ayudarte, pero mejor... [otro trago a la copa de vino con su respectivo "aaahhh"]... que lo hagan éllas.

Y de repente llegan unos bocinones marca Llorarás a la Calle Fco. Ramírez jalados por dos bellas chicas en poca ropa y cara de que se dejan hacer lo que sea. Nos arrebatan a mi compañero y a mí la cinta de las manos y comienzan a medir con el fondo musical de Feel Good Inc. de Gorillaz... ... terminan de desvestirse hasta quedar en biquini y aún siguen midiendo calles... ... como que se aburren y empiezan con jugueteos medio sucios. -"¡Hey! ¡Ni madres! ¡Qué jugueteos sucios ni qué la chingada! Les hablamos para que midieran la calle y salimos a la 1pm así que se me apuran, hijas de la chingada. ¡Pinches pirujitas éstas!"-

Disculpa las palabras altisonantes, lector inexistente.

sábado, 16 de septiembre de 2006

Bajo el influjo del alcohol (o De la nada)

Bajo el influjo del alcohol me siento como que detrás de mí no hay nada. Solo estoy frente al monitor escribiendo y detrás hay algo así como un precipicio y yo estoy en la pura orillita a punto de caer. O talvez detrás de mí hay una playa con un sol medio asomándose, medio metiéndose. Frente de mí hay una pantalla donde, al presionar botones que mis dedos han memorizado, escribo ideogramas, símbolos que han sido memorizados por los ojos de otros y que, al ser vistos se traducen en ideas. Ideas que tal vez sean razonadas por alguien más que no soy yo. Al fin y al cabo... solo es la inspiración que me transmiten los giros que la vida me regala, la ausencia de mi madre y estas cheves.
Día fresco, sol radiante, no hay trabajo, no hay escuela, vueltas de la vida, mis cholitas en los pies, ventanas abiertas, el día entrando por éllas, ¿qué más puedo pedir? Hoy me siento muy bien.

domingo, 10 de septiembre de 2006

La vida se ríe conmigo, no de mí.
Me enseñaste a ver como tú lo haces.

Pensamientos después de ayer

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Hace una semana decidí dejar de fumar y anoche me fumé dos cigarros en una fiesta.
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En las fiestas donde hay puros gringos todos se presentan a sí mismos con cada persona que va llegando, me pareció agradable.
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En el otro lado (Iunaretsteits) cuando cruzas miradas con algún extraño en la calle es casi de a huevo que te diga "How are you doing?" [pero mal pronunciado... suena algo así como "Jaiuduin"]
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El inglés que te enseñan en las escuelas no sirve para socializar en el otro lado. La gente espera que llegues hablando coloquialmente y yo solo sé iniciar conversaciones como lo hacen en las grabaciones que escuchamos en la clase de Inglés de la uni: "Hi! How are you? I´m fine".
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Me dan vergüenza las cosas que hago cuando estoy borracho aun cuando no son cosas avergonzantes porque sé que si no hubiera andado en ese estado no hubiera hecho ésto o aquéllo o hablado con ese tono en tal momento o mirado de tal o cual manera a tal o cual persona.
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Tengo proyectos no escolares ni laborales a corto plazo en mente... ya me hacían falta.
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Los días después de una gran borrachera, cuando estoy crudo hasta tarde, me malviajo bien sarra. Como que el alcohol que llega resagado a mi cerebro me provoca pensamientos de todo tipo que no me gustan... eso es lo que no me gusta de andar crudo.
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Vi en San Ysidro, Ca. a un señor vaquerón con sombrero y toda la cosa... muy mexicano. Y llevaba su camisa bordado en la espalda el escudo de la bandera nacional mexicana. Se me elevó el espíritu mexicanote y brotó de mi profana boca un "¡Yeah!".

sábado, 9 de septiembre de 2006

Agradecimiento atrasado

Tendré que utilizar la buena frase de Homero
"No soy lento..."
Hace como siete años estaba en segundo de secundaria y apenas comenzaba a tocar mis primero acordes en la guitarra... ni se me han hecho tantos años... aún era muy malo (aunque todavía lo soy... je je je). Cualquiera que haya intentado aprender a tocar guitarra me entenderá cuando mencione los dolores horribles en la mano cuando tocaba una cejilla... son feos.
En esas épocas mi hermana era toda una gringo-girl estudiando en la Central Union High School, en El Centro, Ca. Algún evento raro que no recuerdo hubo en su ecuela e hiba a haber gente cantando y tocando instrumentos en la cancha de basquet o algo así... no retengo recuerdos muy detalladamente. No supe qué mosco le picó pero me dijo que quería que la acompañara con la guitarra tocando una canción que en ese momento nos gustaba mucho llamada Come on Eileen que tocaba Save Ferris (original de Dexy´s Midnight Runners). Total... dije "pos va...". No pasó a mayores... toqué, cantó, nos aplaudieron por compromiso y conocí a un novio con que andaba saliendo en ese tiempo.
Hoy me acordé y casi lloro... jo jo jo. Tal vez la hago mucho de pedo pero se me hace que para mi hermana era importante que yo tocara con ella, supongo que le contó a algún amigo de allá que el morrillo que había tocado con ella era su hermano menor, Bobby y que estaba aprendiendo a tocar guitarra. No sé... me hubiera gustado haber pensado ésto hace siete años y no hoy. Pero... no hay pedo... no pasa nada.
Adriana, gracias por pedirme hace siete años que tocara contigo en ese evento que no recuerdo qué era. Te extraño y te quiero.
Y a manera de homenaje a ese momento ocurrido hace tanto tiempo pongo la canción en la sección El video de hoy es...

Egoísmo y Karma

Egoísmo. (Del latín ego, que quiere decir "yo").
Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.
Egoísta.
Dicho de una persona que tiene egoísmo. Perteneciente o relativo a esta actitud.
Hay veces que no me caigo bien. De vez en cuando saco mi perspectiva fuera de mi cuerpo para voltearme a ver a mí mismo y no me gusta lo que veo. No puedo dejar de pensar en mí. Creo que si analizo cada uno de mis actos desde que tengo razón voy a encontrar cierta ganancia de todo cuanto he hecho aunque no lo parezca de un solo vistazo.
Tal vez para no llegar a caerme totalmente mal a mí mismo, justo en este momento llegan a mi memoria cosas que he hecho sin interés personal... pero de veras... soy bien egoísta.
Si atendemos rigurosamente al concepto que nos ofrece la Real Academia Española de la Lengua, entro bien en la descripción de lo que es un "egoísta". Y lo he sido con un alto grado de descaro en aquellos momentos en que me he percatado del mal que le hago a alguien al decidir sin tomar en cuenta nada más que a mí mismo. Pero... ya saben... el Karma, la ley cósmica de retribución, o de causa y efecto... "todo se regresa en este mundo"...
Lo lamento, Srita. Defma, no expliqué nada de por qué soy egoísta pero me dio hueva escribir tanta auto-putrefacción. Te la debo... pero... si te preguntan, tú di que soy egoísta.

martes, 5 de septiembre de 2006

El último sentimiento intenso (o Del tren que se nos va)

20 de enero de 2006. 10pm. Jefa Rex recostada en el sofá frente a la televisión tapada con tres cobijas, sudando frío con una gripa tremenda, temblando, con los ojos llorosos pero sin decir una sola palabra. Su pelo, como siempre, esponjado, rojizo. Con sus ojos fijos en mis ojos pero aún su boca cerrada.
-"Ya me voy, amá"-
-"Que te valla bien, perro"-
-"Te quiero mucho"-
-"Yo también"-
Esa fue la escena del último sentimiento intenso que recuerdo. Me hizo vivir la sensación de que algo moría. Todo cambiaría... todo cambió. El tiempo simplemente es tiempo, no tiene gran mérito. Lo duro es quedarse ahí viéndolo, guardándolo en una mochila en la espalda. Amarrar los brazos a un bagón del tren intentando no despegar los pies del suelo en donde estás parado.
Hoy expreso mis deseos de soltar el vagón.
Intento aprender a vivir.