jueves, 1 de marzo de 2007

Vine a verte

Como una doble vida... como si fuera un estafador. Tal me parece que no soy sincero con nadie. A penas comienzo a acomodarme en los moldes de plata y oro cuando recuerdo y volteo hacia mi otro lado donde mi soledad está tan sola esperándome. Casi creo que extiende sus brazos hacia mi. Y no puedo más... repentinamente me siento atrapado en plata y oro. Cuando al fin me safo corro hacia aquellos brazos que me llaman con ansias y al estar cerca siento su abrazo y escucho sus sollozos y entonces me vence la nostalgia y me ahogo en mieles que solo la soledad puede vomitar. ¿Qué tienes, chiquita? ¿Me extrañaste? Perdón por dejarte, ojalá que no me guardes rencor. Pero qué dices... si siempre te recibo con las mismas ansias y siempre te lloro y te abrazo para llenar de tu olor y tu presencia los días de ivernación. Vete cuantas veces te dé la gana, ingrato, siempre voy a estar esperándote donde tú me dejes.
No me hubieras dejado esa noche
porque esa misma noche encontré un amor.
Parecía que estaba esperando
tu momento de partir.
Parecía haber observado
mis momentos junto a ti.
No me hubieras dejado esa noche
porque esa misma noche encontré un amor.
Me abrazó el instante mismo
que tú me dijiste adiós
y no fue una gran tristeza,
fue como ir de menor a mayor.
Tu regreso había esperado,
más te veía muy feliz,
en los brazos de tu amada
te olvidaste tú de mí.
Más ahora que recuerdas
a mis brazos vuelve ya.
Seré por siempre tu amante,
tu novia: la soledad.
Y si alguna vez regresas
con aquélla que te amó
sabes no será lo mismo
pues también me conoció.
No me hubieras dejado esa noche
porque esa misma noche encontré un amor.

1 comentario:

Yomera dijo...

que bueno que regresaste....pense que tu espacio ya había caducado...saludos niño!!!