domingo, 26 de abril de 2009
De vuelta al hogar
De vuelta al hogar. Con la comodidad de tu mamá a un lado.
Demasiado tarde para escribirlo. Llegué de nuevo a Mexicali, B. C. hace más de un mes.
Los edificios no tienen brazos.
Los brazos de los desconocidos están reservados para sus conocidos.
Uno se acostumbra a todo... a todo.
Hay viajes que uno hace solo aun cuando quiera estar acompañado.
Hay viajes que uno hace acompañado aun cuando quieras estar solo.
Mexicali me produce alergias respiratorias muy fuertes.
Soy asmático diagnosticado.
A veces tengo pensamientos bien profundos pero ya no corro a escribirlos aquí.
sábado, 25 de abril de 2009
Ernesto
¿Qué puedo decirte hoy? Conocí a un puñado de personas que podrían educarte mejor de lo que me ha tocado intentar a mí, por fortuna. Tal vez no las conozcas nunca. Tal vez nunca te hablen ni tú a ellos. Pero ellos están hoy formando parte de este intento. A través de mi, te hablarán de vez en cuando y ni tú ni yo nos daremos cuenta en el momento pero ahí estarán pronunciando en mi boca lo que un día sus bocas pronunciaron para mí. Moviendo mis manos para ti, como un día movieron las suyas para mí. Influenciando en mis ideas para qué sé yo qué decisiones.
Tú no estás hecho solo de dos… así como yo no estoy hecho solo de dos, ni mi padre lo fue, ni el padre de mi padre. Sobre ti hoy caen bendiciones que no conoces y quiera Dios que sepas cómo escucharlas.
Para recordar escribo
Para recordar escribo. Para no olvidar por lo menos que un día hubo algo, alguien. Hubo tiempo antes de este tiempo y antes de este sitio. Si escribiendo puedo invocar los olores y a todas los ojos que vi y que me vieron, este es mi intento. Nadie debería subestimar la soledad, porque ésta demanda su dosis de nostalgia y te recuerda qué eres.
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